¿Realmente el trabajo remoto o híbrido funciona?
- Eduardo Brito

- 28 abr
- 2 Min. de lectura
En medio de la transformación de los modelos laborales, han surgido numerosas dudas y cuestionamientos sobre la efectividad del trabajo remoto e híbrido. ¿Son realmente mejores? ¿Afectan la productividad? ¿Dificultan la colaboración o la innovación?
Sin embargo, quizás estamos enfocando mal el análisis.
Antes de emitir juicios apresurados sobre los modelos de trabajo, las organizaciones deberían mirar hacia un aspecto fundamental: la forma en que miden la productividad.
Sin sistemas de medición claros, objetivos y adecuados al tipo de trabajo que realiza cada equipo, cualquier evaluación sobre la conveniencia o inconveniencia del trabajo presencial, remoto o híbrido será parcial e injusta.Medir correctamente la eficiencia y eficacia de las personas es un desafío de las propias áreas funcionales, sus liderazgos y las unidades de gestión de personas, no un tema que recaiga únicamente en las áreas de apoyo.
¿Cómo se puede medir mejor la productividad?Algunas métricas probadas en la literatura académica y en la práctica profesional incluyen:
Productividad por empleado: Producción o valor generado dividido por el número de empleados.
Ingresos por empleado: Ingresos totales de la empresa dividido por el número de colaboradores.
Beneficio por empleado: Beneficio neto de la empresa dividido por la cantidad de empleados.
Ratio de rentabilidad por empleado: Horas facturables sobre horas trabajadas.
Índice de finalización de tareas: Número de tareas completadas respecto al total asignado.
Tasa de rotación de empleados: Nivel de salidas de personal en relación al total de empleados.
Horas extras trabajadas: Proporción de horas extras respecto a las horas trabajadas normales.
Efectividad laboral cualitativa: Evaluación de la iniciativa y proactividad de las personas.
Tiempo para ocupar un puesto: Días promedio para cubrir una vacante abierta.
Tasa de conversión de reclutamiento: Relación entre entrevistados y contratados efectivos.
Estas herramientas permiten analizar no solo qué se está produciendo, sino también cómo y con qué eficiencia.
En este contexto, las áreas de Facility Management cumplen un rol clave como habilitadores de las condiciones necesarias para el trabajo, sean cuales sean los modelos que se adopten. Espacios adecuados, tecnología disponible, ambientes seguros y saludables: todo ello forma parte de su misión.Pero no nos confundamos: el corazón del negocio sigue siendo el trabajo que cada persona desempeña, y medir el aporte y resultados no es responsabilidad de quien habilita los medios, sino de quienes lideran los equipos y gestionan el talento.
La clave no está tanto en dónde trabajamos, sino en cómo medimos y gestionamos el desempeño.El futuro del trabajo depende más de cómo lideramos y evaluamos, que del lugar físico desde donde trabajamos. El espacio es un facilitador y habilitador.
Si quieres apoyo en buscar una manera de implementar un modelo de trabajo o simplemente pasar a la ejecucion, conversemos.
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